Cosmética natural

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jueves, 3 de octubre de 2013

Veneno en tu piel. Peligros de las sustancias químicas tóxicas presentes en cosmética.

¿Somos realmente conscientes de la exposición tóxica que sufre nuestro organismo diariamente en actos tan
cotidianos y rutinarios como lavarnos la cara, los dientes o el pelo, al maquillarnos o desmaquillarnos, al afeitarnos o aplicarnos un desodorante, entre otros?
¿Somos realmente conscientes del peligro al que exponemos a nuestra salud al no tomar las precauciones adecuadas a la hora de seleccionar los cosméticos que vamos a usar?
¿Somos realmente conscientes del gran número de sustancias químicas presentes en la mayoría de productos cosméticos susceptibles de provocar trastornos más o menos graves en nuestra salud, incluido el cáncer, y que están permitidas?
Cuando hablamos de cosmética no sólo nos referimos a cremas y productos de embellecimiento, sino a todos aquellos productos que usamos a diario en nuestra higiene y cuidado personal, tales como champús, geles de baño, pasta de dientes, enjuagues bucales, lacas para el pelo…etc.
El 19 de febrero de 2013 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que la absorción por el organismo humano de diversos químicos sintéticos a la vez, incluso a bajas dosis cada uno, está cada vez más asociada por los científicos con el aumento de enfermedades y desórdenes del sistema endocrino.
Los químicos capaces de trastornar el sistema endocrino, del que dependen funciones vitales como el metabolismo, el crecimiento, el sueño y el humor, están en productos presentes prácticamente en todos los hogares como cosméticos y productos para el cuidado personal.
Uno de los aspectos que más preocupa a la OMS es la multiplicación de sustancias químicas presentes en la vida diaria y el hecho de que el ser humano se encuentre expuesto a buena parte de ellos incluso antes de nacer.
Diversos estudios científicos han encontrado asociaciones entre la exposición a dichos químicos y la infertilidad en varones, ciertos tipos de cáncer de mama en mujeres y el cáncer de próstata y tiroides.
Asimismo, se ha relacionado estos productos con consecuencias nefastas para el sistema nervioso infantil, especialmente el déficit de atención y la hiperactividad.
Los químicos dañinos para el sistema endocrino pueden entrar en el ambiente a través de los desechos industriales y urbanos, la acumulación de químicos utilizados en la agricultura, la inhalación de gases y partículas presentes en el aire y a través del contacto con la piel.
Entre las acciones que la OMS propone figura mejorar la capacidad para analizar el impacto de más químicos en el sistema endocrino, determinar mejor las vías de exposición y promover la transparencia para que las industrias hagan declaraciones exactas de las sustancias que contienen sus productos.
Según la Agencia para la Protección de la Salud del Reino Unido cada mes aparecen más de 600 sustancias químicas nuevas que se añaden a las 80000 ya existentes de las cuales sólo se han constatado los efectos que provocan en humanos menos del 10% de las mismas, o lo que es lo mismo, sólo hay controladas menos de 8000 sustancias de las que 6000 están permitidas para su uso en cosmética. Es difícil de aceptar que estén permitidas cuando se ha comprobado que muchas de ellas causan alergias, irritación de la piel, problemas de pigmentación, trastornos hormonales, malformaciones fetales e incluso cáncer, entre otros.
La industria cosmética mueve millones de euros al año a través de sus ventas, por lo que dedican grandes esfuerzos en la investigación y creación de productos que mejoren la belleza y el cuidado corporal, pero en la obtención de productos más efectivos, vemos que la salud es la gran olvidada por el sector, pues en su empeño por maximizar beneficios minimizando costes, usan productos más baratos que pueden poner en peligro nuestra salud.
Cada vez son más los expertos que consideran algunos productos cosméticos como verdaderos venenos para nuestra salud, por muy legales que se consideren.
La Ley prohíbe la presencia de sustancias clasificadas como carcinógenas, mutágenas o tóxicas, pero en la práctica vemos que la realidad es otra. Incluso en marcas internacionales de reconocido prestigio encontramos la presencia de sustancias que pueden dañar nuestra salud.
La presencia de estas sustancias nocivas en los productos cosméticos se justifica por la pequeña cantidad presente en los mismos, lo que viene a decir que como se encuentran en pequeñas cantidades, son inofensivas, olvidando que la mayoría de estos productos son de uso diario por lo que la cantidad de sustancias químicas nocivas que finalmente se encuentran en nuestro organismo es muy elevada. La única cantidad aceptada de dichas sustancias en los cosméticos debe ser cero.
Otra de las cuestiones al respecto que nos quieren hacer creer es que estas sustancias se quedan en la capa más superficial de la piel, cuando lo cierto es que una vez aplicado el cosmético sobre la  misma, es absorbido y dichas sustancias tardan 15 minutos en estar presentes en el torrente sanguíneo, con el peligro que ello conlleva.

Listado de sustancias consideradas más peligrosas:

Aceites minerales:
Sustancias derivadas del petróleo que la industria cosmética usa como agentes antibacterianos y para mejorar la textura de las cremas, consiguiendo un efecto agradable al aplicarlas en la piel.
Ingredientes principales también en productos capilares, lociones para después del afeitado, desodorantes, enjuagues bucales, aceites para bebés, pastas de dientes…
Su uso les es muy rentable debido a su bajo costo, pasando por alto el hecho de que sena altamente cancerígenos.
Además, en cremas, producen un engaño óptico, pues cubren la piel como si fueran una envoltura de plástico tapando los poros, bloqueando la respiración de las células, extrayendo la humedad de la piel y sacándola a la epidermis para que ésta aparezca brillante e hidratada. Pero esto solo es de manera aparente, pues queda incapacitada para realizar sus funciones de defensa. Impide eliminar toxinas a través de la piel, apareciendo acné, irritaciones, rojeces y otros desórdenes además de provocar un envejecimiento prematuro de la piel.
Por ello cuando dejamos de usar estas cremas la piel aparece aún más seca y estropeada que cuando empezamos a usarlas, por lo que muchas personas vuelven a aplicárselas inmediatamente, pues relacionan su aplicación con la piel brillante e hidratada que su aplicación les aporta engañosamente comenzando así un círculo vicioso que solo beneficia a la industria cosmética que usa estas sustancias.
Podemos encontrarlas en las etiquetas como aceite mineralparaffinum, paraffinum liquidumpetroleum
También son derivados del petróleo sustancias como el metilsilanol, la cera microcristalina, el ozokerite, el ceresin la vaselina. Pero dentro de estos derivados destaca especialmente el glicol propileno. Se trata de un líquido incoloro presente en multitud de productos cosméticos y también en pinturas, detergentes para la ropa, ceras para suelos, anticongelantes y líquidos de frenos para los coches.
Dicen de esta sustancia que ayuda a retener la humedad de la piel y que se perciba al tacto suave y sedosa. Pero lo que no se dice es que numerosos estudios relacionan esta sustancia con la dermatitis de contacto y con algunos trastornos del riñón o del hígado, que puede inhibir el crecimiento de las células epidérmicas e irritarlas, de hecho es considerada el principal irritante de la piel aun en concentraciones muy bajas y que puede irritar también los ojos, causar trastornos gastrointestinales, náuseas, dolor de cabeza y vómitos además de afectar al sistema nervioso central.

Ftalatos:
Los ftalatos son sustancias disolventes y suavizantes presentes en numerosas cremas, esmaltes de uñas, perfumes, lacas para el pelo y desodorantes a pesar de estar prohibidos por el Parlamento Europeo en la fabricación de juguetes susceptibles de ser metidos en la boca y en artículos de puericultura por estar relacionados con daños en los sistemas reproductor y endocrino así como en el aumento de riesgo de padecer asma y cáncer. No sin olvidar que también están asociadas al elevado riesgo de provocar anomalías genitales en bebés varones. Seis ftalatos presentes en los cosméticos son dietilhexiloftalato (DEHP), dibutilftalato (DBP), butilbenzilftalato (BBP), diisononilftalato (DIDP) y el dinoctilftalato (DNOP). Debiendo tener especial cuidado con los tres primeros.

Fenol y Fenil:
Se usan como desinfectantes en el sector médico y como conservantes en la industria cosmética.
El fenol se trata de un alcohol que se produce mediante la oxidación parcial del benceno lo que lo convierte en un ingrediente tóxico que puede afectar al sistema nervioso central, al corazón, al hígado, al riñón y a la piel. Nitrophenophenolphthalein, clorophenol son algunas de las denominaciones bajo las que puede aparecer.
El fenil, incluido en cosmética como phenylenediamine sulfate, pasa al torrente sanguíneo tras penetrar la piel pudiendo causar problemas hepáticos.
Ambos son incluidos especialmente en los enjuagues bucales. Estudios al respecto alertan del peligro de padecer cáncer de boca o garganta mayor que quienes no lo usan.

Ingredientes artificiales o sintéticos:
Presentes en innumerables cosméticos aparecen bajo las siglas PEGs, abreviatura de glicol polietileno, que son sustancias emulgentes que se usan para cuajar agua y grasa o detergentes. Por sí solas no son tóxicas pero contribuyen a eliminar el factor protector natural de la piel, por lo que el sistema inmune queda más expuesta y, por tanto, más vulnerable. La piel y el organismo se hacen más receptivos a otras sustancias, incluidas las tóxicas.
No se permite usar más de cinco PEGs en un solo producto.
Las reconoceremos pues aparecen con las siglas PEG seguidas de un número que indica su peso molecular o por tu terminación en –ethsteareth, ceteareth o uno de los más empleados sodium laureth sulfate que no debe confundirse con el sodium lauryl sulfate un detergente muy irritante utilizado en el 90% de los champús y dentífricos convencionales que se encuentran en el mercado. Su simple contacto con la piel hace que sea absorbido y se almacene en los tejidos del corazón, el hígado, los pulmones, los ojos y hasta el cerebro. También afecta al sistema inmune, interactúa con otros ingredientes favoreciendo la aparición de cáncer y en cantidades suficientes puede modificar el material genético contenido en las células. En los laboratorios se usa para inducir mutaciones en bacterias y en animales causa problemas de pigmentación en la piel, corroe los folículos pilosos y retarda el crecimiento de pelo.
Otro químico especialmente peligroso es la diethanolamina (DEA). Base detergente y espesante que figura en la etiqueta de más de 600 productos cosméticos y para el hogar.
Diversos estudios han establecido el riesgo que implica una exposición contínua a ella, especialmente en el caso de niños, pues en experimentos con ratas, tras ser aplicada en repetidas ocasiones sobre la piel de las mismas hace aumentar exponencialmente la incidencia de cánceres de hígado y de riñón.

Colorantes:
Presentes para dar color a cremas, geles de baño, maquillajes, tintes, etc, muchos de ellos han demostrado ser, al menos en animales, altamente cancerígenos y alterar las moléculas de ADN.
Los reconoceremos porque en sus denominaciones incluyen las sílabas anilin anilid, acetanilid u otras fórmulas más sencillas como HC (HC Orange 3), Acid (Acid red 73) o Pigment (Pigment Green 7).

Solventes:
Muchos estudios los relacionan con el aumento en la incidencia de cáncer.
Algunos de ellos como los que contienen el término isopropil, se usan también como solventes de pinturas y forman parte de la composición de los líquidos anticongelantes de los coches.
Sustancia derivada del petróleo que la industria cosmética convencional incluye en tintes de pelo, cremas de mano, exfoliadores, cremas y espumas de afeitar, colonias y otros muchos cosméticos.

Fragancias artificiales:
Fragancias muy baratas y de fácil producción que se añaden a perfumes, geles de ducha, jabones, desodorantes, productos para bebés, champús, cremas de manos y corporales…
Se les considera peligrosas porque son bioacumulativas y se sospecha que puedan producir trastornos en los sistemas reproductor y endocrino.
Se ha descubierto que una vez sobre la piel pueden causar alergias, dolores de cabeza, mareos, tos, manchas oscuras en la piel, pérdidas de concentración e incluso cáncer. Se esconden en denominaciones como acetil hexametil, que incide sobre el sistema nervioso o bromocinnamal, que resulta irritante para la piel. Una de las más usadas es el tonalide.

Liberadores de formaldehído:
Se trata de uno de los conservantes más empleados por ser un potente antimicótico. De ahí que se utilice incluso en la fabricación de materiales de construcción y de muebles ya que previene y evita la aparición de moho y hongos. Es altamente cancerígeno por inhalación. Además exponerse a él puede causar dolores articulares, de cabeza o de pecho así como alergia, irritación y envejecimiento prematuro de la piel, daño en las membranas celulares y malformaciones en los fetos. Su uso está prohibido en cosmética pero como es un conservante muy barato y efectivo la industria se las ha ingeniado para crear sustancias que directamente no se pueden considerar formaldehídos pero que los liberan. Podemos reconocerlos fijándonos en ingredientes acompañados de la palabra urea, diazolidinil urea, imidazolidinil urea opoliximmetileno urea.
No debe confundirse con la urea que se encuentra en la sangre y que es el resultado del metabolismo de las proteínas.
Otra forma de identificarlas es fijarse en que lleven las letras DM delante del nombre del conservante químico como es el caso de la DM hindatoina.
Otros conservantes liberadores de formaldehídos son el dimetil oxazolidino, armilacetato o el alkifenol.

Otras sustancias preocupantes:

Talco
Es una sustancia químicamente muy similar al asbesto o amianto, elemento conocido por provocar cáncer, especialmente de pulmón. El talco forma parte de numerosos productos cosméticos, entre ellos los maquillajes y  polvos para bebés. También se usan para lubricar los preservativos. Estudios realizados advierten de que el uso del talco en la zona genital hace que aumente en un 60% el riesgo de padecer cáncer de ovarios. Tapa los poros de la piel e impide sus funciones normales.

Aluminio
Estudios realizados por la OMS relacionan el aluminio con el Alzheimer.
El aluminio puede unirse al ADN y modificar su estructura así como alterar la actividad de los genes.
Su absorción se produce tanto por vía oral como a través de la piel.
Por lo que deberemos tener especial cuidado con los cosméticos que lo contengan pues constituyen una fuente de contaminación muy alta.
Especialmente porque el aluminio, en sus distintas formas, puede encontrarse en cremas hidratantes, pintalabios, desodorantes, antitranspirantes. Un uso habitual del aluminio en cosmética es a través  del clorhidrato de aluminio presente en la mayoría de antitranspirantes del mercado. Su acción astringente consigue reducir o inhibir el flujo de sudor pero está estrechamente ligado al cáncer de mama al provocar la mutación de las células. Ello es debido, al parecer, a que al evitar la eliminación de toxinas a través de las axilas fuerza al cuerpo a depositarlas en las glándulas linfáticas que se encuentran bajo los brazos. Esta sería la razón de que la mayoría de los tumores cancerígenos de mamase encuentren precisamente donde se encuentran esas glándulas.
Efectos similares a los del clorhidrato de aluminio los provocan los parabenos, sustancias bacteriostáticas y fungicidas utilizados en multitud de productos de belleza. Estas sustancias pueden imitar el comportamiento de los estrógenos y favorecer el crecimiento de tumores asociados a los niveles de estos como es el caso del cáncer de mama. Lamentablemente los parabenos, en cualquiera de sus formas, se encuentran en más del 90% de los productos que permanecen en la piel y en más del 70% de los que se enjuagan.

Mercurio
Es un metal pesado de elevada toxicidad. Pese a ello se le permite a la industria cosmética utilizarlo como conservante en productos de maquillaje y desmaquillaje de los ojos, siempre que su concentración máxima sea del 0.007%. En la etiqueta se puede encontrar bajo la nomenclatura de tiosalicilato de etilmercurio.

Antioxidantes sintéticos
El elbutihidroxitolueno BHT (también puede aparecer como E-321) es un antioxidante sintético que a pesar de no ser un agente mutágeno es capaz de modificar la acción de ciertas sustancias que pueden provocar cáncer.
Se ha constatado en ratas que a altas dosis afecta a la reproducción y al número y desarrollo de las crías.

Artículo Veneno en tu piel.

Rosabel Domínguez.

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